miércoles, 24 de abril de 2013

Ronsard


PIERRE DE RONSARD 

Se le conoció como ‘‘el príncipe de los poetas y el poeta de los príncipes’’ .
Nació en Loir-et-Cher en 1524 y murió en Saint-Cosme en l’ Isle en 1585. Fue un poeta francés que en 1542 contrajo una enfermedad que le dejó casi sordo, siendo obligado a dejar la carrera de las armas y dedicarse a las letras. En 1544 se instaló en París como secretario y con Antonie de Baïf y Joachim du Bellay fundó el grupo poético ‘‘La brigade’’.
Inspiró a Du Bellay en Defensa e Ilustracion de la legua francesa en 1549. Los cuatro libros de las odas (1550-1552) son su primera obra poética. En Los amores, escrito en 1552, y la Continuación de los Amores (1555-1556) canta su amor por la pastora angevina Marie. Estas obras, son importantes obras de transición, anteriores a sus dos libros Himnos (1555-1556), en los que aborda temas políticos, filosóficos y religiosos.
En 1556 se empezó a utilizar el nombre de Pléyade para designar al grupo poético que formaban él y sus seis compañeros. Nombrado capellán del rey Carlos IX, se identificó con la causa de la monarquía católica en lucha con los hugonotes, y desplegó sus dotes de polemista en una serie de Discursos (1562-1563).
El rey le propuso escribir un poema épico de tema nacional, pero el absoluto fracaso de los cuatro primeros cantos de La Franciada (1572) sólo contribuyó a su desprestigio. Su último gran libro fue Los amores de Helena (1578), inspirado por Hélène de Surgères, dama de honor de Catalina de Médicis. Murió casi completamente olvidado.

Fragmento de ‘’Los amores de Helena’’:



Soneto para Helena
 Pierre de Ronsard   

Cuando seas anciana, de noche, junto a la vela 
hilando y devanando, sentada junto al fuego, 
dirás maravillada, mientras cantas mis versos:
«Ronsard me celebraba, cuando yo era hermosa»,
Ya no tendrás sirvienta que tales nuevas oiga 
y que medio dormida ya por la labor 
se despierte al oír el sonido de mi nombre, 
bendiciendo el tuyo con inmortal alabanza.
Yo estaré bajo tierra, y fantasma sin huesos 
reposaré junto a la sombra de los mirtos, 
y tú serás una anciana junto al hogar encogida.

Lamentando mi amor y tu desdén altivo
Vive, créeme, no aguardes a mañana: 
Coge desde hoy las rosas de la vida.  


                                                                                  Por: Marta Zorita

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